Page 148 - iIndependencia 1849-1856.
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148	 Wenceslao Vega B.

    Durante todo el gobierno del presidente Báez, ya se ha visto
este evidente favoritismo a Francia, lo que el cónsul Schomburk
informaba frecuentemente a su Cancillería en los despachos co-
piados arriba. Cuando en noviembre de 1852, murió en Santo
Domingo el Cónsul francés, el Gobierno ordenó por Decreto
celebrar exequias religiosas. El Decreto tenía un «Considerando»
que reza:

                 Considerando los motivos de gratitud que tiene la República
            hacia el finado Cónsul de Francia, Señor El Lamieussens, por
            su adhesión sincera a la causa de nuestra independencia, por su
            constante empeño en procurar el término de la guerra y por sus
            muchos servicios en el Consulado.35

    En febrero de 1853, el presidente Buenaventura Báez terminó
su mandato presidencial de cuatro años. Al entregar el mando,
envió un mensaje al Congreso, del cual se extrae lo siguiente to-
cante a la crisis con Haití.

                 Al separarme del mando entrego la República en paz con todas
            las naciones; porque si bien no se ha terminado la cuestión con
            Haití, están por ahora arrimadas las armas, y las dos mayores po-
            tencias han tomado a su cargo hacer cesar la guerra, sin mengua
            de nuestra nacionalidad.36

    A Báez lo sustituyó en la Presidencia el general libertador
Pedro Santana, quien esta vez ocupó el poder hasta 1855.

    Una calma relativa se mantuvo durante los años 1853 al 1855,
aunque jalonada de incursiones frecuentes de soldados o de
irregulares de ambos bandos, las llamadas «marotas», que intran-
quilizaban la línea de separación de ambos ejércitos, tal como lo
señaló el Ministro de Guerra y Marina dominicano en su Memoria
Anual del año 1854:

35	 Colección de Leyes, tomo II, p. 444.
36	 E. Rodríguez Demorizi, Guerra domínico-haitiana, p. 261.
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