Page 145 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia 145
de colocar ante el padre de Su Señoría, los mapas y dibujos ejecu-
tados durante ese recorrido de exploración. Plugo a Su Majestad
designarme en 1848, Cónsul en la República Dominicana, en
cuyo puesto desde entonces he actuado bajo numerosas dificulta-
des, causadas por la guerra de la República con el vecino Imperio
de Haití; por luchas civiles dentro de la República misma, y no
menos por las intrigas de una Administración bajo el Presidente
Báez, quien no es favorable a la Gran Bretaña, aunque la gente
en masa están agradecidas por las simpatías mostradas por el
Gobierno de Su Majestad hacia la joven República. Yo temo
que los sentimientos han sido grandemente aumentados por las
intrigas francesas. Ruego referirme a Su Señoría, sobre un artí-
culo en la Revue Des Deux Mondes de mayo 1581, titulado «La
Republique Dominicaine et l’ Empereur Soulouque», que confir-
ma lo dicho. Con antelación a esta publicación, aquí apareció
en 1850, un panfleto titulada «A Geographical Sketch of Santo
Domingo, Cuba and Nicaragua» que contiene una difamación
muy maliciosa contra el Gobierno de Su Majestad. Este panfleto
ha sido recibido en varias copias por el Canciller del Consulado
Francés aquí y distribuido por él. Fue objeto de mi Despacho No.
23 del 31 de Marzo 1850, dirigido a Lord Palmerston. En el
artículo del Revue des Deux Mondes, no solamente el Gobierno
de Su Majestad, pero también individuos y yo mismo entre ellos,
fuimos injusta y maliciosamente atacados. Su Señoría podrá
por tanto deducir de esta declaración, que con la predilección
hacia la intriga en el carácter español, mi situación aquí se ha
vuelto fastidiosa. Sin embargo, el Comercio con Gran Bretaña
ha aumentado grandemente desde mi llegada aquí, como los
reportes anuales que he dirigido a la Oficina de lo Exterior podrá
confirmar. Con una propensión de la actual administración de
oprimir a los extranjeros, me he visto en varias ocasiones obligado
a insistir sobre los derechos de los súbditos de Su Majestad, y de
protegerlos contra agresiones, lo que ha amargado los sentimien-
tos del Presidente. Mi situación es por lo tanto, como ya observé,

