Page 159 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
P. 159
Buen trabajo, dijo. Que disfrutes de la caza.
Se levantó, estiró la espalda y se marchó.
La cosa no había salido demasiado bien, que
digamos. Había aterrizado junto al camión para
recoger un regalo para Bangley. Yo pensaba en
él. ¿O no? Y luego él no se dignó coger ni una
lata, ni una sola. Seguro que no se bebería ni una
mientras estuviéramos fuera. Lo conocía. Es
posible que nos observe con los binoculares de
visión nocturna mientras dormimos, pero jamás
tocaría nada del hangar. Otro artículo de su
Código. En cualquier caso, las latas han quedado
manchadas, manchadas de incompetencia.
¿Valió la pena traerlas? Porque aunque haya
sobrevivido, ha habido un coste. Un coste
estadístico, al menos. Bangley cree que podemos
cagarla un número determinado de veces antes
de que se cierre la trampa, así que el episodio del
camión añade una cruz en mi columna, que —
para bien o para mal— ahora es también la suya.
Eso es lo que más lo sulfura. No quiere perder
por culpa de un imbécil.
Di un resoplido. Pensé: Las montañas te
harán bien. Te sentará bien ir ahí arriba. Respirar
159

