Page 167 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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conclusión  de  que  prefiere  estar  así.  Solo.


              Aunque  es  lo  bastante  inteligente,  lo  bastante


              buen  estratega  para  saber  que  a  la  larga  sus


              probabilidades  de  sobrevivir  se  resentirían.  Y  lo


              del  huerto  tampoco  es  lo  suyo.  Jasper  ya  ha


              pasado  por  esto  muchas  veces  y  es  demasiado


              educado para dar muestras de vergüenza ajena.


              Los  abrazos  a  los  árboles,  los  susurros.  Esta



              noche —aunque empieza a romper el día todavía


              es  de  noche—  no  digo  ni  una  palabra,  porque


              esta  noche  me  estoy  conteniendo  un  poco  y


              siempre he despreciado el sentimentalismo, quizá


              porque  es  una  debilidad  que  me  resulta


              demasiado  familiar.  Pero  ahora  es  muy  difícil


              encontrar  algo  que  huela  tan  bien  como  este



              árbol, y ese olor me recuerda al pasado.




                     Había  pocas  cosas  tan  deliciosas  como  las


              manzanas. Hablo de Norteamérica. Por eso eran


              tan  tentadoras,  por  eso  el  alumno  que  quería


              ganarse  el  favor  del  profesor  le  dejaba  una


              manzana  en  la  mesa.  La  miel  y  las  manzanas.


              Melaza. Azúcar de arce en los bosques del norte.


              Un bastón de caramelo en Navidad. En la cabeza


              de los niños bailaban confites de ciruela, decía la


              canción.  A  veces,  en  otoño,  al  regresar  de  un








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