Page 169 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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esqueléticos,  los  ponderosa  y  los  pinos  contorta


              masacrados  por  el  escarabajo,  las  ramas  sin


              agujas, despojadas, muertas.




                     No  consigo  sentirme  a  gusto  aquí.  En  el


              bosque  muerto.  Que  empezó  a  morirse  por


              franjas hace veinte años. Ascendemos. Bajamos


              hasta            la        orilla          sembrada                  de          guijarros


              redondeados  como                              huevos.              Descansamos,


              bebemos,  volvemos  a  subir.  Hacia  la  zona  de



              piceas y abetos que aún conservan su fragancia


              y la densa oscuridad de sus frondosas copas.




                     Vamos,  Jasper.  Que  te  quedas  atrás.  ¿Te


              encuentras mal?




                     Le  paso  los  dedos  por  el  pelaje,  espeso  y


              corto,  recorriendo  la  cadena  de  bultos  de  su


              espalda  hasta  la  piel  suelta  del  cuello,  y  allí  los


              entierro.  Escarbo.  Le  encanta.  Gira  la  cabeza  y


              estira el cuello para tensar la piel. La próxima vez


              tengo  que  traer  aspirinas.  Tenemos  kilos  de



              aspirinas. Bangley dice que hay que tomar una al


              día para no tener alzhéimer.




                     ¡Para no olvidarnos de por qué coño estamos


              aquí!, grita con júbilo, o con lo que en él podría


              llamarse así.






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