Page 250 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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árboles y los arroyos. Cuando vuelo en la Bestia


              las noticias me las da el viento. ¿Qué más hay?




                     Tuve  que  enseñarle  a  Bangley  a  regar  el


              huerto por primera vez, a dirigir el flujo desde la


              acequia  de  la  cabecera  hasta  los  distintos


              regueros, a limpiar los surcos; tuve que enseñarle


              qué era una mala hierba y qué no. Él estaba de


              mal  humor.  Me  confesó  que  había  jurado  no


              trabajar nunca en un huerto, que solo removería



              la tierra para cavar una tumba.



                     Cuando  dijo  eso  se  me  erizó  el  vello  de  la



              nuca. Tanto tiempo juntos y aún me sorprendía.



                     Mi padre era granjero, dijo.




                     ¿En Oklahoma?




                     Me miró fijamente sujetando la laya ligera, que


              le sentaba como un guante.




                     O  sea,  que  esto  ya  lo  habías  hecho  más



              veces.



                     Me  miró  de  hito  en  hito.  Frunció  los  labios



              contemplando  la  punta  de  la  pala  manchada  de


              barro y medio cubierta por la suave corriente de


              un reguero.









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