Page 247 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Me  pasé  toda  la  noche  pensando  en  eso,


              tumbado  solo  al  pie  del  terraplén,  sintiendo  la


              dolorosa  ausencia  del  peso  de  Jasper  sobre  mi


              pierna.  Y  observé  cómo  desaparecían  por  el


              oeste, bajo la tierra, las últimas constelaciones de


              invierno.  Esa  era  su  manera  de  darme  permiso,


              aunque no lo necesitase. Pero aun así…




                     Es  una  mañana  clara  y  despejada  de


              principios  de  mayo,  la  manga  que  queda  a  la



              altura  del  surtidor  de  gasolina  cuelga  inmóvil,


              sobre  las  montañas  el  cielo  parece  un  cuenco


              tibetano de un azul claro como el agua. Nuestro


              gavilán colirrojo flota, elevándose con la primera


              columna  de  aire  caliente  por  encima  del  asfalto


              apenas tibio. Traza círculos sin esfuerzo. El nido


              de su compañera está en un álamo a la orilla de



              nuestro  estanque  y  ayer  oí  el  piar  desesperado


              de los pollos. Son tres, creo. Ella se irguió, batió


              las anchas alas una vez y se me quedó mirando


              con  fijeza  asesina.  A  mamá  no  le  toques  los


              cojones. Ni se me pasaría por la cabeza, dije en


              voz alta.




                     Enciendo la bomba, lleno de combustible dos


              bidones de veintidós litros y los cargo detrás de


              mi  asiento.  Son  menos  de  treinta  y  cinco  kilos.






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