Page 295 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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cuenta de lo que ocurría. Si alguien lo hubiera
intentado, ¿entonces qué? Nunca negocies.
Bangley habría sacado la máxima ventaja
estratégica. Está bien, salid en paz, les habría
gritado, y luego les habría volado la cabeza. El
bueno de Bangley.
Sí, aquello requería una buena dosis de fe y
confianza, y aun así era como echar una moneda
al aire. Y además no tenía nada blanco.
Retrocedí a gatas, me levanté, me estiré. Me
sentía repuesto, como recién despertado de una
siesta. Luego volví corriendo hasta la Bestia. En
el bolsillo del asiento llevaba una reserva de
papel y un par de ceras de colores, además de
unas cuantas piedras del tamaño de la palma de
la mano y gomas elásticas. Así, si tenía que
lanzar un mensaje, sobre todo a las familias,
podía hacerlo. Un par de veces tuve que
lanzárselos a unos vagabundos que habían
acampado muy cerca del aeropuerto y, por lo
visto, no entendían nuestra canción de los cuatro
puntos cardinales: Volved al norte si no queréis
morir, etc. Ni siquiera un cartucho de dinamita los
convencía. Esos mensajes sujetos a las piedras
que lanzaba desde la Bestia eran muy sucintos y
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