Page 300 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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acantilado.




                     Pegué  no  en  el  palo  y  lo  enseñé.  En  esta


              ocasión  no  hubo  ningún  disparo.  Silencio.  El


              hijoputa le estaba cogiendo el tranquillo. YO NO.


              Qué misterioso me iba quedando. Estuve tentado


              de dejarlo ahí, dejarlos en suspenso. Pero cogí la


              cera y escribí soy. Recogí el palo, pegué la hoja y


              la dejé aletear al viento.




                     El mensaje tenía un calado filosófico cada vez


              más  profundo.  Una  cosa  que  ni  Hamlet,  vamos.


              Un auténtico despliegue de dialéctica.




                     Luego un. Escribí un en una hoja entera y la


              mostré. UN. UN. Aleteo, crujido.




                     Luego afilé la cera en una roca, puse la hoja



              de lado y escribí faisán con letras lo más grandes


              posible.




                     Lo  mostré.  Fijé  el  palo  con  otra  piedra  y  me


              eché  al  sol,  con  los  brazos  cruzados  bajo  mi


              pobre  cabeza  maltratada,  dejando  que  me


              arropara  el  calor  y  que  el  sol  me  lamiera  los


              cortes.




                     No iban a irse a ningún lado, ni yo tampoco.




                     Si esto fuera un western ahora me quitaría el





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