Page 305 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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qué. Me llevé la mano a la espalda para coger el


              fusil automático y los apunté con la mira. Podría


              decirse  que  el  hombre  echaba  chispas:  tenía  la


              boca  contraída  por  la  ira  y  los  ojos  grises


              lanzaban  destellos  furiosos.  Las  profundas


              arrugas  de  la  cara  hablaban  de  una  vida


              expuesta  a  los  elementos.  Ella  tenía  los  ojos


              separados,  ¿y  de  qué  color?  ¿Violeta?  Un  tono



              entre  el  azul  y  el  negro.  Tenía  las  mejillas


              encendidas, coloradas, y parecía asustada, pero


              también  algo  más:  ligeramente  divertida.  ¿Era


              así? Aparentaba unos treinta y cinco.




                     ¿Es  posible  enamorarse  a  través  de  la  mira


              de un fusil? Joder. Separé la cabeza del arma y


              miré  hacia  abajo.  Era  bien  proporcionada,  de


              caderas  anchas,  alta.  Tal  vez  demasiado  flaca.



              Volví a acercar el ojo al fusil y moví el cañón para


              hacer descender la mira. Lo reconozco. Tenía las


              piernas             arañadas                e       inflamadas                 y       quizá


              demasiado  delgadas,  pero  eran  largas  y


              ahusadas.




                     Respira, Hig. Di diez cuatro. Diez cuatro.









                     Me  incorporé  sobre  una  rodilla  sin  dejar  de






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