Page 319 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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afiladas se me clavaban en la mejilla derecha. Lo
observaba con el rabillo del ojo. Se descolgó un
rollo de cuerda del hombro izquierdo, lo deshizo
sacudiéndolo con una sola mano y me ató las
manos con un nudo bien prieto. Y todo con una
mano.
Debe de ser usted ranchero, dije. Se nota por
el sombrero.
Cállate.
Diez cuatro. Casi mejor no tener que hablar
de tonterías.
Eso no lo dije, no dije nada.
Una rodilla me oprimía las vértebras, me
hacía daño con cada tirón destinado a apretar el
nudo.
Deberías haber seguido tu camino. Aquí no
nos molesta nadie.
Yo sí que os he molestado, ya lo veo.
Cállate.
La rodilla me molía las costillas. El viejo se
separó de mí, cinco pasos hacia un lado,
desenrollando la cuerda. Se agachó, cogió mi
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