Page 347 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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de la tráquea. Duele un poco, no mucho. Un
tiburón solitario. Qué va, hombre.
Se sirvió otro tazón de leche y bebió despacio.
No. Terminó el último trago. Es que te
necesitamos.
Ah.
De repente sentí náuseas. Es extraño, pero la
primera imagen que se me ocurrió fue la de un
experimento reproductivo forzoso. No sé por qué
me asqueaba tanto la idea, si ella era muy guapa,
por no decir hermosa. Pese a sus cicatrices y su
fragilidad. Pero me imaginé follándomela sobre
un lecho de piedra como un altar con su padre al
lado apuntándome en la cabeza.
No pregunté nada. Por la forma en que
aquella gente compartía las cosas, sabía que
pronto me lo dirían lo quisiera o no. El
agotamiento, otra vez. Era como una especie de
gas mostaza. ¿Qué me ocurría? Era como si
nueve años de vigilancia constante de repente
me pasaran factura. Tenía ganas de cruzar los
brazos sobre la tosca madera de la mesa y
recostar la cabeza sobre ellos y dormir.
Inmediatamente.
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