Page 75 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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parecer no tenía ningún problema en poner a la


              hembra de alce en el punto de mira, pero cuando


              disparaba y ella tropezaba con las rocas y daba


              tumbos y volteretas sobre el cuello y me miraba


              con su ojo brillante y, tumbada de lado, rascaba


              desesperadamente  las  piedras  con  las  patas


              inútiles  antes  de  que  volviera  a  dispararle  en  la


              cabeza muerto de miedo y la vida se le escapaba



              del  ojo  y  de  las  patas  y  luego,  cuando  la


              desollaba, la sangre se derramaba sobre la tierra


              helada  y  se  mezclaba,  rosada,  con  la  leche


              caliente de sus ubres todavía llenas…




                     No  me  gustaba.  A  partir  de  entonces  fui  a


              cazar todos los años, y me encantaba todo, hasta


              que hubiera alce en el congelador, pero eso no.


              Ni siquiera me gusta matar bichos.




                     Dos veintitrés dos veinticuatro.









                     Bangley no llegaba. Una vez intenté negociar.


              Nunca he estado tan cerca de morir.




                     Las antiguas reglas ya no sirven, Hig. Han


              muerto, igual que los pájaros carpinteros.


              Desaparecieron con los glaciares y el gobierno.



              Vivimos en otro mundo. Otro mundo, otras reglas.




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