Page 70 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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terraplén. Recé por que fueran coyotes, o incluso


              lobos.  No  tenía  ganas  de  matar,  ni  pizca.  Ni  de


              matar yo, ni de observar para Bangley.




                     En  la  cima  deslicé  el  fusil  plano  sobre  la


              superficie  lisa,  me  pegué  a  la  tierra  fría  y  subí


              arrastrándome  hasta  asomarme  por  encima  del


              borde.




                     Los vi a la luz de la bombilla del porche. Uno


              dos                       trescuatrocinco…                                     Cargarse


              unadostrescuatrocinco                              palomas                 asídefácil…


              Cinco  hombres  todos  adultos  excepto  uno,  tal



              vez, o más bajo o más joven.



                     Mierda.




                     Con gran esfuerzo, el primer verano habíamos



              logrado  apalancar  y  derribar  el  contenedor  que


              había  al  sur,  a  unos  treinta  metros  de  la  casa.


              Quedó  volcado  con  la  tapa  abierta  dejando  a  la


              vista  un  hueco  negro.  La  orilla  del  río  era


              profunda  y  escarpada,  y  al  rodear  el  aeropuerto


              describía  un  meandro  muy  cerrado.  Un  foso


              perfecto. El único vado practicable era un camino



              que iba desde el fondo hasta esa casa, la única


              que  iluminábamos.  Así  que  naturalmente  se


              apiñaron contra el contenedor, al sur de este y a






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