Page 4 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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a las necesidades de su lector. Hackworth, el ingeniero que
lo diseña, decide sacar una copia de ese prodigio de la
nanotecnología para usarlo en la educación de su hija
Piona. Lo hará con la ayuda del Doctor X, un hacker chino
que parece tener otras ideas para el posible uso de ese
manual tan especial. De retorno a su enclave
neovictoriano, Hackworth es atacado por una pandilla de
«tetes» desarrapados y el manual original acabará
educando a la pequeña Nell, una niña china pobre.
Y ahí empieza todo... Y no es poco lo que sigue.
El inolvidable Julio Cortázar, además de tipologías
brillantes como esa división de las personas en cronopios,
esperanzas y famas, solía también referirse a dos tipos de
lectores casi antitéticos. El lector que Cortázar parecía
desear se arriesgaba con el autor y aceptaba alguna que
otra perplejidad e incertidumbre durante el proceso de
lectura. Por contraposición, el otro tipo de lector, ese que
Cortázar tuvo el grave error de denominar «lector
hembra», es el lector acomodaticio, que desea leer textos
más bien trillados y cómodos, textos que no exijan es‐
fuerzo y que, posiblemente por ello, suponen el eje
vertebral de tantos best‐sellers.
(Por razones operativas voy a mantener la
denominación de Cortázar pese a que la considero una
verdadera aberración. No hay ninguna razón para
imaginar que las mujeres lectoras tengan que ser más
acomodaticias que los varones. Casi me atrevería a pensar
lo contrario... En cualquier caso, con independencia del
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