Page 160 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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organizaciones similares. Todas esas organizaciones infor‐


          maban sobre sus descubrimientos y teorías (desgraciada‐


          mente  más  teorías  que  descubrimientos)  a  un  departa‐


          mento especial de las Naciones Unidas –montado a toda



          prisa con ese objeto–, denominado Oficina Coordinadora


          de la Defensa Psicológica, cuya principal misión consistía


          en la traducción y distribución de los informes recibidos.


          Sólo la sección de traducciones ocupaba tres enormes edi‐


          ficios y daba empleo a miles de políglotas.


            La afiliación al Frente y a las demás organizaciones simi‐


          lares era voluntaria y sin remuneración. Pero casi todos los


          que reunían las necesarias condiciones eran miembros, y la


          falta de remuneración no tenía mucha importancia, ya que



          todos los psicólogos y psiquiatras que podían conservar su


          sano juicio estaban ganando mucho dinero.


            Desde  luego  no  se  celebraban  grandes  asambleas:  una


          multitud de psicólogos resultaba tan poco práctica como


          cualquier otro numeroso grupo de personas con otro obje‐


          tivo. Grandes contingentes de personas reunidas significa‐


          ban también un gran número de marcianos, y el volumen



          de la interferencia hacía imposible el intercambio de ideas.


          La mayoría de los miembros del Frente trabajaban solos y


          enviaban sus informes por correo, recibían montones de in‐


          formes de otros psicólogos y los ponían a prueba en sus


          pacientes siempre que las nuevas ideas parecieran intere‐


          santes.


            Quizá progresaban, en cierto modo; al menos no había


          tantas personas que se volvieran locas. Pero también era




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