Page 625 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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arma—. Vermishank está cooperando a la perfección, y
aún tenemos que descubrir más cosas. ¿No?
Isaac lo miró un instante antes de asentir y sentarse.
— ¿Por qué estás siendo tan buen chico,
Vermishank? — preguntó Lemuel, devolviendo la
mirada al viejo, que se encogió de hombros.
—No me entusiasma la idea del dolor —dijo con voz
afectada—. Además, aunque esto no os va a gustar... no
os servirá de nada. No podéis cogerlas. No podéis
evadir a la milicia. ¿Por qué iba a contenerme? —
Mostró una sonrisa presumida, abominable.
Mas sus ojos estaban nerviosos, su labio superior
sudaba. En el fondo de su garganta se ocultaba una
nota de desesperanza.
¡Esputo divino!, pensó Isaac con un repentino
estallido de comprensión. Se levantó y miró a
Vermishank. ¡Eso no es todo! ¡Está... está diciéndonos la
verdad porque está asustado! No cree que el gobierno pueda
capturarlas... y tiene miedo. ¡Quiere conseguirlo!
Deseaba provocar a Vermishank con aquello,
restregarle el conocimiento de su debilidad, castigarlo
por todos sus crímenes... pero no podía arriesgarse. Si
se enfrentaba a él de forma demasiado flagrante para
acosarlo con la comprensión de su inquietud, de la que
no estaba del todo seguro, aquel vil gusano retiraría su
ayuda por desprecio.
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