Page 622 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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miraba con intensidad, como un profesor tratando de

            arrancar la respuesta correcta a un alumno petulante.

            La urgencia volvía a restallar en sus ojos—. Sé que la


            biología no es tu punto fuerte, pero es un mecanismo

            tan...  elegante,  que  pensé  que  lo  verías.  Extraen  los

            sueños  de  sus  alas,  inundan  la  mente,  rompen  los


            diques  que  retienen  los  pensamientos  ocultos,  los

            pensamientos  culpables,  las  ansiedades,  las  delicias,


            los        sueños...             —Se           detuvo             y       se        reclinó,

            tranquilizándose—. Y entonces, cuando la mente está

            sabrosa  y  jugosa...  la  secan.  El  subconsciente  es  su


            néctar, Isaac, ¿no lo ves? Por eso solo se alimentan de

            los  seres  inteligentes.  No  les  sirven  los  gatos  ni  los


            perros.  Beben  el  peculiar  preparado  resultante  del

            pensamiento  reflexivo,  cuando  los  instintos  y  las

            necesidades y los deseos y las intuiciones se pliegan


            sobre  sí  mismos  y  reflexionamos  sobre  nuestros

            propios pensamientos, y después reflexionamos sobre

            el reflejo, en un ciclo sin fin. —Su voz era apagada—.


            Nuestros pensamientos fermentan como el más puro

            licor. Eso es lo que beben las polillas, Isaac. No la carne

            fofa  y  rezumante  en  la  sartén  que  es  el  seso,  sino  el


            delicado vino de la sapiencia y la inteligencia mismas,

            el subconsciente. Sueños.




                El  cuarto  quedó  en  silencio.  La  idea  era




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