Page 635 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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cacofonía. Todos gritaban, exigiendo saber qué decía el

            papel, suplicando un disparo claro, gruñendo de rabia

            o chillando como un gran pájaro.


                Isaac parecía dudar entre qué presa atrapar. David

            se estaba derrumbando, suplicándole que lo escuchara.

            Con un último e inútil tirón a la puerta, Vermishank se


            giró para defenderse.

                Después  de  todo,  era  un  adepto  biotaumaturgo.


            Musitó  un  encantamiento  y  flexionó  los  invisibles

            músculos  místicos  que  había  desarrollado  en  sus

            brazos. Cerró la mano como un garfio ante la energía


            arcana  que  hacía  que  las  venas  del  antebrazo

            sobresalieran  como  serpientes  bajo  la  piel,  cada  vez


            más tensa.

                Isaac  tenía  la  camisa  medio  desabrochada,  y

            Vermishank  hundió  su  mano  derecha  a  través  de  la


            carne descubierta bajo su cuello.

                Isaac  aulló  de  rabia  y  dolor  al  ceder  su  piel  como

            espesa  arcilla  y  hacerse  maleable  bajo  las  diestras


            manos del taumaturgo.

                Vermishank  excavaba  sin  elegancia  a  través  de  la

            carne  poco  dispuesta.  Cerraba  y  abría  los  dedos,


            tratando de aferrar una costilla. Isaac apretó su muñeca

            y la retuvo, con el gesto torcido por el dolor. Era más


            fuerte, pero la agonía lo desarmaba.

                Vermishank aullaba mientras peleaban.




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