Page 636 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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— ¡Déjame marchar! —gritaba. No había pergeñado

            plan alguno, había actuado por miedo a morir, y se veía

            cometiendo un asesinato. No podía hacer otra cosa que


            arañar, buscando el pecho de Isaac.

                A su espalda, David trataba de dar con su llave.

                Isaac  no  conseguía  desenterrar  los  dedos  de


            Vermishank de su cuerpo, y el taumaturgo era incapaz

            de        clavarlos             más         profundamente.                     Los        dos


            permanecieron de pie, sacudiéndose, tirando el uno del

            otro.  Tras  ellos,  la  confusión  de  voces  proseguía.

            Lemuel  había  apartado  su  silla  de  una  patada  y  se


            desplazaba para conseguir un disparo claro. Derkhan

            corría hacia ellos y tiraba con violencia de los brazos de


            Vermishank,  pero  el  hombre  aterrado  cerraba  los

            dedos alrededor de la caja torácica de Isaac, y con cada

            tirón su víctima lanzaba un alarido de dolor. La sangre


            manaba de la piel de Isaac, desde los sellos imperfectos

            donde los dedos penetraban la carne.

                Los  tres  forcejeaban  y  gritaban,  salpicando  sangre


            por  el  suelo,  manchando  a  Sinceridad,  que  se  alejó

            asustada. Lemuel apareció por encima del hombro de

            Isaac para disparar, pero Vermishank tiró de su presa,


            girándola  como  un  grotesco  guante  y  arrancando  la

            pistola de las manos del hampón. El arma golpeó el


            suelo a una cierta distancia y derramó la pólvora negra.

            Lemuel  maldijo  y  buscó  rápidamente  la  caja  con  el




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