Page 706 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Lemuel era confiado. Manejaba con facilidad la
pistola cargada y preparada mientras trepaba y corría,
manteniéndolos cubiertos. Yagharek se había
adaptado a su cuerpo sin el peso de las alas. Sus huesos
huecos y sus músculos tensos se movían con eficacia.
Se columpiaba con agilidad por el paisaje
arquitectónico, saltando obstáculos. Derkhan llevaba la
lengua fuera, pero no se permitía quedarse atrás.
Isaac era el único cuyo sufrimiento era evidente,
pues no dejaba de resollar, toser y sentir arcadas.
Lanzaba su peso excesivo tras el rastro de los ladrones,
rompiendo pizarras con sus enormes pisadas,
sujetándose la barriga desdichado. Maldecía sin parar
cada vez que exhalaba.
Cortaron un rastro cada vez más profundo en la
ciudad, como si se recorrieran un bosque. Con cada
paso, el aire se tornaba más espeso. Tenían una
sensación de equivocación, de tensa inquietud, como si
unas largas uñas arañaran la superficie de la luna y les
provocaba escalofríos en el alma. A su alrededor oían
los gritos de sueños perturbados y patéticos.
Se detuvieron en el Tábano, a pocas calles de la torre
de la milicia, y tomaron agua de una bomba para
lavarse y beber. Después corrieron hacia el sur, a través
del laberinto de callejuelas entre la calle Shadrach y el
paso Selchit, en dirección a Galantina.
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