Page 709 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Cuando le dio la vuelta, vio su nombre
cuidadosamente escrito. Miró el interior con
nauseabunda premonición.
Hubo un momento, un brevísimo instante, en el que
no reconoció lo que contenía. Ligeras, casi sin peso,
tuvo la sensación de sacar un pergamino
descompuesto, unas hojas muertas. Después las
sostuvo ante la pálida luz grisácea de la luna y vio que
se trataba de un par de alas khepri.
Isaac dejó escapar un sonido, una exhalación de
atónita fatalidad. Sus ojos se abrieron horrorizados.
—Oh, no —dijo, hiperventilando—. Oh no oh no no
no...
Habían doblado y enrollado las alas, destrozado su
delicada sustancia, descamándolas en grandes parches
de materia traslúcida. Sus dedos temblaron al tratar de
alisarlas. Las puntas acariciaban la superficie rota.
Susurraba una única nota, un trémulo lamento. Buscó
en el sobre y extrajo una hoja de papel doblado.
Estaba escrita a máquina, con un tablero de ajedrez
en lo alto. Mientras leía, Isaac comenzó a llorar
desarticulado.
Copia 1: Galantina (otras serán enviadas a Ciénaga
Brock, Campos Salacus)
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