Page 757 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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ranuras de salida de la impresora de programas
original, salió una tarjeta tras otra, todas perforadas
meticulosamente. Caían sobre una caja de madera que
descansaba sobre la entrepierna sin sexo de la
máquina, como la bolsa de un marsupial.
En otra parte del tronco, embebida en un ángulo
entre un bidón de combustible y un motor oxidado,
una máquina de escribir tartamudeaba a asombrosa
velocidad. Una gran resma de papel continuo surgía de
su carro con letra apretada, y bajo ella un par de tijeras
salían disparadas sobre un muelle, como un pez
predador. Las hojas se cerraron, cortando el papel
antes de rebotar y cortar de nuevo, repitiendo la
operación una y otra vez. Pequeños pliegos de
instrucciones religiosas caían flotando hasta
depositarse junto a las tarjetas de programas.
De uno en uno, toda la congregación se acercó
nerviosa al constructo, rindiendo obediencia con cada
paso. Se aproximaban a la pequeña pendiente de
basura entre las piernas mecánicas, se asomaban a la
caja y extraían un trozo de papel y un manojo de
tarjetas, comprobando los números para asegurarse de
tenerlas todas. Después se alejaban rápidamente y
desaparecían entre la basura para regresar a la ciudad.
Parecía que aquella adoración no disponía de
ceremonia de despedida.
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