Page 761 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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frente a Derkhan. El tullido garuda era tan callado, tan
pasivo, tan enigmático, que Isaac no contaba con él. Los
seguía, hacía lo que se le pedía, eso era todo.
Pero allí estaba ahora, saltando con un espectacular
movimiento lateral, deslizándose por el lateral del
constructo guardián, tratando de alcanzar a Isaac.
Derkhan vio lo que hacía y se desplazó hacia el otro
lado, obligando a la máquina a elegir entre los dos.
Avanzó hacia ella.
La mujer se giró para escapar, pero un cable de acero
restalló como una serpiente predadora desde la maleza
de basura y se enroscó alrededor de su tobillo y la
derribó. Cayó sobre el suelo fracturado, gritando de
dolor.
Yagharek bregaba heroico contra las zarpas del
constructo, pero sin eficacia alguna. La máquina se
limitaba a ignorarlo. Uno de sus compañeros se situó
tras el garuda.
— ¡Yag, maldición! —gritó Isaac—. ¡Corre! —pero
fue demasiado tarde. El recién llegado era un enorme
constructo industrial similar, y la malla de cables con
la que encerró a Yagharek era mucho más difícil de
romper.
Fuera de la contienda, el hombre sanguinolento, la
extensión de carne del Consejo de los Constructos, alzó
la voz.
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