Page 783 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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era la memoria del amor paterno, las profundas
fantasías sexuales y los recuerdos, las extrañas
invenciones neuróticas, los monstruos, las aventuras,
los fallos lógicos de la engrandecida automemoria; la
masa mutante de la inframente triunfante sobre el
raciocinio y la cognición y el reflejo que se extendía en
la terribles y asombrosas descargas interconectadas de
subconsciente y sueño
el sueño
se se detuvo
se detuvo de repente, e Isaac bramó ante el repentino
tirón de la realidad.
Parpadeó fervoroso mientras su mente se depositaba
al instante en sedimentos y el subconsciente caía allá
donde debía estar. Tragó saliva. Su cabeza parecía a
punto de implotar y se reorganizaba en el caos de
fragmentos esparcidos.
Oyó la voz de Derkhan llegando desde el fin de
alguna frase.
— ¡...increíble! —gritaba—. ¿Isaac? Isaac, ¿me oyes?
¿Estás bien?
Cerró los ojos un instante antes de abrirlos
lentamente. La noche volvió a enfocarse frente a él.
Cayó sobre sus manos y rodillas, y comprendió que
el constructo lo había liberado, que no era más que la
presa onírica de la polilla lo que lo había mantenido de
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