Page 924 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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cubiertas por las mangas. Las paredes y el suelo y el

            techo  estaban  recubiertos  por  lo  que  parecía  una

            plancha de acero de más de un metro de anchura. La


            perplejidad le arrugó el rostro. Reunió fuerzas y pasó

            lo más rápidamente que pudo sobre el metal, caliente

            como un caldero al fuego, tratando de mantener su piel


            alejada de la superficie.

                Respiraba  tan  deprisa  y  con  tanta  fuerza  que  casi


            gemía. Se precipitó por la salida y se desplomó sobre el

            suelo  de  la  oscura  habitación  en  la  que  Yagharek

            esperaba.




                Isaac perdió el conocimiento durante tres o cuatro


            segundos.  Cuando  volvió  en  sí,  vio  a  Yagharek

            gritando delante de él, bailando de un pie a otro. El

            garuda estaba tenso pero parecía sereno. Controlado


            por completo.

                —Despierta  —escupía—.  Despierta.  —Lo  estaba

            sacudiendo por el cuello de la camisa. Isaac abrió los


            ojos por completo. Las sombras que envolvían el rostro

            de  Yagharek  estaban  empezando  a  desaparecer,

            advirtió.  El  maleficio  de  Tansell  debía  de  estarse


            disipando.

                —Estás  vivo  —dijo  Yagharek.  Su  voz  era  seca,


            cortante,  privada  de  emoción.  Hablaba  para  ganar

            tiempo  y  ahorrar  esfuerzo,  para  conservarse—.




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