Page 227 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El cansancio se convertía en tormento. Si
debía, si podía, treparía esa escalera. Pero antes
era mejor probar la puerta de la caja fuerte. ¡Y
estaba abierta! Precisó de todo su peso, de toda
su fuerza, para abrirla de par en par. Los
invasores debían haberse marchado por la
puerta que no pudieron utilizar como entrada.
Lo mismo hizo él, agradecido. La hilera de
«cabinas telefónicas» estaba en ese mismo piso.
Se había desplazado en zigzag desde allí. Tal
vez iba a costarle regresar.
Al tomar un recodo, vio las cabinas. Y también
a Mirelly‐Lyra Zeelashisthar, con el bastón
apuntado como si tuera un revólver, mirando
de reojo algo que tenía en la otra mano. Un
segundo antes de ocultarse vio que elevaba la
mirada hacia el techo con los dientes al
descubierto.
No era a él a quien rastreaba, sino al casco de
su traje.
Adiós, Pirssa. Corbell contó hasta treinta;
después asomó la nariz tras la pared. Mirelly‐
Lyra no estaba allí. Cruzó de puntillas la
alfombra‐nube hasta la intersección siguiente y
allí volvió a mirar. Tampoco estaba allí. Corbell
cruzó la intersección de un salto y entró a la
cabina más cercana con el disco en la mano.
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