Page 222 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El rayo interestelar de Pirssa hubiera podido
incinerar a la Vieja en cuanto cruzara una calle,
pero el ordenador de Corbell le había
abandonado. El hombre arrojó furiosamente el
Casco sobre la alfombra‐nube, aunque no con la
fuerza con que habría querido, pues aún tenía
las manos atadas. La placa frontal le miró a
ciegas, fijamente, mientras él proseguía su
marcha.
Empezaba a tener calambres en las piernas. El
aire limpio iba tomando el olor del verdín y de
la muerte, la verdadera muerte. Al fin Corbell
llegó a una puerta abierta. El mecanismo había
fallado, seguramente… y en seguida vio por
qué. En la placa dorada había un pequeño
agujero fundido.
Detrás de la puerta, el daño era más
apreciable; el olor, más intenso. Debía ser un
quirófano. Por lo menos aquel mueble parecía
una mesa de operaciones; la maquinaria
suspendida sobre ella incluía escalpelos fijados
a brazos articulados. Había varios esqueletos
descompuestos y parduscos. Uno de ellos,
desnudo, yacía sobre la mesa entre un montón
de polvo. Otros dos habían quedado apoyados
contra la pared; los uniformes manchados y
raídos estaban en mejor estado que los mismos
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