Page 315 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Habían cruzado una depresión poco
profunda, en forma de plato; en un diámetro de
tres o cuatro kilómetros se elevaban esas rocas
medio fund…
—Un momento —dijo Corbell.
Dejó caer su carga de carne seca y trepó hasta
una roca de seis metros de altura y de superficie
raramente uniforme. Allí. en la parte superior,
descubrió unas líneas de color rojo herrumbre
que formaban una gran Z: los restos de una
viga.
—Esto eran edificios —dijo—. Aquí se
levantaba una ciudad de Varones.
—Cuando yo era joven quería usar armas de
ésas —comentó Skatholtz, riendo
infantilmente—. Ahora me sobrecoge pensar en
lo que hicieron con el clima. Pero eliminamos a
las Niñas.
—Ellas también pegaron duro —observó
Corbell. bajando del edificio fundido.
Tuvieron que apresurarse para unirse al
grupo.
—La leyenda dice que nos destruyeron —dijo
Skatholtz—. Nunca llegué a comprenderlo.
Corbell y Skatholtz caminaron en silencio. Más
allá, los otros Varones charlaban entre sí. Era
poco más del mediodía, demasiado temprano
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