Page 374 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


               resultaba familiar. Adiós, CORBELL Número Dos,


               pensó en el fondo de su mente, agregando con un



               leve desafío: Pero aún estoy en lamentable libertad.


                  Ciertas estrellas brillaban más que otras… y a


               su alrededor giraban sistemas planetarios, muy


               ampliados.  De  pronto  todos  esos  sistemas,


               menos  dos,  se  tornaron  sombríamente  rojos.


               Enemigos.  Eran  los  mundos  que  se  habían


               vuelto contra el Estado.



                  Uno de los sistemas rojos estalló y se disolvió


               en  el  fondo,  destruida  su  colonia.  Los  dos


               sistemas  neutrales  se  tiñeron  de  rojo.  Otro


               sistema se desvaneció.


                  La  escena  se  centró  en  el  sistema  solar,  un


               sistema  solar  más  grande  que  el  que  Corbell


               conocía, con tres gigantes gaseosas más allá de


               Plutón e incontables cometas pululantes. Varias


               flotas de naves espaciales salieron con rumbo a



               la  colonia  rebelde.  Otras  flotas  las  invadieron.


               Algunas  parecían  nidos  de  avispas;  estaban


               compuestas  por  muchas  naves  agrupadas  en


               torno  a  un  estatorreactor  Bussard.  Otras,


               guerreros portugueses: eran miles de naves que


               se movían como pesas en el borde de una gran


               vela  de  plata.  Las  primeras  flotas  incluían



               naves‐hospital  y  depósitos  de  combustible.





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