Page 410 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Corbell miró hacia atrás. Algo del color del
trigo brincaba entre las espigas. Echó una
mirada a su compañero y observó:
—Te… agotarás. Tendremos… que pelear.
Los dos se detuvieron, jadeando. La cautela de
la leona les dio tiempo a recuperar el aliento.
Cuando el animal apareció entre las espigas les
encontró allí, como dos estatuas de atletas,
separados por una distancia de dos metros y
medio. Rugió, pero ellos no parpadearon. Lo
pensó mejor. Volvió a rugir. Corbell permaneció
inmóvil, confiado y feliz.
La hembra se retiró. Por dos veces volvió la
vista, pero reconsideró las cosas y optó por
marcharse.
Corbell reanudó la marcha con una sonrisa
idiota dibujada en su rostro. No podía evitarlo;
se reproducía cada vez que relajaba su faz. De
contar con un compañero normal hubiera
estado vanagloriándose sin piedad, pero
Gording, evidentemente, consideraba cerrado el
incidente. Ni siquiera demostraba respeto ante
la eficiencia de Corbell, lo que no dejaba de ser
halagador. Al fin éste dijo:
—Si fueran leones de veras nos habrían hecho
pedazos. ¿Por qué hay tantas versiones enanas
de animales grandes?
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