Page 406 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
—Algo se conectó en mi cerebro primitivo,
pero desapareció al instante. No importa; ya
volverá.
Corbell echó una mirada a lo largo del camino
abierto en el trigo y señaló en esa dirección.
—Sarash‐Zillish queda hacia allá. Ojalá
supiera a qué distancia. Cuando lleguemos a la
selva, estaremos cerca.
Por el momento sólo se veían espigas
ondulantes. Gording recuperó cuidadosamente
la espada rota de Skatholtz. Buscó la roca a la
cual había atado el hilo y, con otra más,
reconstruyó su arma. Los globos de seguridad
del tchiple estaban casi desinflados. El dikta
palpó el interior del vehículo hasta localizar el
disco de plástico.
El Sol era un fiero platillo volante que se ponía
entre las nubes. Iniciaron la marcha entre el
trigo húmedo mientras Corbell comenzaba a
contar cómo habían perdido las Niñas aquella
luna.
Hacia la mañana encontraron un arroyo.
Júpiter les había iluminado el camino con rayos
anaranjados horizontales que daban a la tierra
un brillo desacostumbrado. Corbell se metió en
el agua antes de verla. El arroyo era superficial
y perezoso; en él crecían plantas acuáticas,
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