Page 67 - Southern Reach 01 - Aniquilacion - Jeff Vandermeer
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Pero  cuando  les  expliqué  que  en  varias  ocasiones,


             perseguida por matones, había tenido que esconderme,

             cual reticente hormiga león, en el fondo de los hoyos de

             grava que había por los campos abandonados cerca de la

             escuela, se quedaron sin respuesta. Como el día en que,


             «sin motivo», le di un puñetazo a una compañera que me

             saludó en la cola del comedor.



                    Y así continuamos, cada cual aislado en sus propios

             imperativos. Ellos tenían sus vidas y yo tenía la mía. Lo


             que más me gustaba era fingir que era bióloga, y fingir

             conduce a menudo a ser un duplicado razonable de lo

             que  estás  imitando,  aunque  solo  sea  desde  lejos.  En

             varios diarios apunté mis observaciones sobre la piscina.


             Aprendí a distinguir a cada rana por separado —al Bultos

             del Saltimbanqui, tan distintos— y en qué meses invadían

             la hierba sus pequeños revoltosos. Supe qué especies de


             garza volvían todo el año y cuáles eran migratorias. Los

             escarabajos y las libélulas eran más difíciles de identificar

             y me costó más intuir sus ciclos, pero aun así me apliqué


             en  intentar  entenderlos.  A  todo  esto,  evitaba  los  libros

             sobre medio ambiente y biología: antes quería descubrir

             la información yo sola.



                    De ser por mí —hija única y experta en el manejo de

             la  soledad—,  mis  observaciones  de  aquel  paraíso  en




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