Page 122 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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Capítulo catorce



                 Mientras Maudsley empezaba la construcción de la

          máquina que lo llevaría a la Tierra, Carmody quedó libre

          para hacer su voluntad. Empezó a sentirse muy aburrido.


          Maudsley  podía  trabajar  exclusivamenteʹ  en  absoluta

          soledad,  y  el  Premio  había  resuelto,  aparentemente,


          volver  a  hibernar.  Los  ingenieros  ayudantes,  Orín  y

          Brookside, eran tipos opacos que sólo se preocupaban de

          su  trabajo  y  no  mostraban  interés  en  nada  más.  De


          manera que Carmody no tenía con quién hablar.


                 Empleaba el tiempo lo mejor que podía. Recorrió una

          fábrica constructora de átomos y escuchó dócilmente a un

          capataz  de  cara  enrojecida  que  le  explicaba  cómo


          operaba.


                 —Esto  se  acostumbraba  a  hacer  manualmente  —le

          decía—. Ahora se hace a máquina, pero en realidad, el


          proceso es el mismo. Primero se elige un protón y se le

          adjunta un neutrón, empleando el ligamento de energía


          patentado  por  el  señor  Maudsley.  Después,  con  una

          centrífuga  microcósmica  común,  hacemos  girar  los

          electrones  en  la  posición  correcta.  Después  de  eso


          agregamos  todo  lo  demás  que  es  necesario:  mesones,

          positrones,  todos  los  ingredientes.  Y  ese  es  todo  el

          misterio.




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