Page 124 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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Carmody rió y el capataz lo miró sospechosamente.

          Siguieron  caminando  hasta  que  a  Carmody  empezó  a

          dolerle los pies. Se sentía cansado y embotado, cosa que


          le irritaba. Tendría que sentirse fascinado; estaba aquí, en

          un lugar que nunca había soñado visitar —pensaba—, y

          sin embargo... En una planta que fabrica átomos y tiene


          instalaciones  separadas  para  crear  antimateria.  Y  había

          también  una  máquina  gigantesca  que  extraía  rayos


          cósmicos  directamente  del  espacio:  los  purificaba  y  los

          embotellaba  en  pesados  contenedores  verdes.  Detrás

          había  una  sonda  termal  que  se  empleaba  para


          reacondicionar estrellas viejas, y justo a la izquierda de

          eso...


                 No había caso. Caminar por la fábrica de Maudsley


          producía  en  Carmody  la  misma  sensación  de

          aburrimiento  que  había  experimentado  al  hacer  un

          recorrido  parecido  con  un  guía  por  una  fundición  de


          acero  en  Gary,  Indiana.  Y  esa  misma  oleada  de  fatiga

          sombría, esa sensación de muda rebelión... Había sentido

          lo mismo al caminar reverentemente durante horas por


          los silenciosos pasillos del Louvre, del Prado, del Museo

          Británico. Se daba cuenta que el sentido de maravillarse


          que uno poseía, sólo era capaz de absorber una pequeña

          cuota  de  apreciación  por  vez.  En  general,  los  hombres

          permanecen inexorablemente fieles a ellos mismos y a sus


          intereses.  Siempre  conservan  su  carácter,  aunque  sean



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