Page 133 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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—Porque ya no habrá nada de importancia por lo que
pelear —contestó Aviva, corta de aliento pues los tres
iban al trote por la baja maleza—. Como podrá haber
notado —continuó—, por allá afuera hay diseminados
innumerables mundos, y hay lugar suficiente para toda
clase de experiencias sociales, aventuras y cualquier cosa
que usted pueda imaginar. De esta manera, las energía;
del hombre serán dirigidas hacia afuera, en vez de
disiparse hacia adentro en forma de desastrosas guerras
intestinas.
—Esta chica sabe lo que dice —afirmó Lars
Christianssen con su voz profunda, amistosa, aunque
siempre algo gruñona, de hombre práctico—. Puede
parecerle una casquivana, pero tiene más de cien
licenciaturas y doctorados que fundamentan esa
verborragia.
—Y papá puede hablar como un patán —replicó
Aviva—, pero ya tiene acumulados tres premios Nóbel.
Entre padre e hija se cruzaron miradas afectuosas y
amenazantes al mismo tiempo.
—De todos modos —dijo Aviva—, así son las cosas;
o para expresarlo mejor diría que así van a ser dentro de
un par de años. Pero gracias al doctor Maddox, a quien
conocerá muy pronto, ya tenemos ventaja. Aviva pareció
vacilar un momento; luego, en voz más baja agregó:
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