Page 150 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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a recoger nueces del suelo, a la contemplación del
Absoluto o a cualquier otra cosa que despierte el interés
de la especie. Y así es como deben ser las cosas, porque la
Naturaleza (a la que podemos personificar como una
vieja vestida de negro y bermejo), no le gusta que sus
normas y reglamentos sean sujeto de cada reunión de
cóctel, nido hormigueante, cónclave, o como quieran
llamarle a todo eso. Pero usted Carmody, al escapar sin
advertirlo a los controles y equilibrios de su planeta
nativo, no ha logrado escapar a la Ley de Proceso
inexorable. Por lo tanto, si en las vastas extensiones del
espacio no existiera un devorador para usted, sería
necesario encontrar uno. Si no pudiera encontrársele,
habría que crearlo.
—Bueno..., sí —dijo Carmody—. Pero esa nave
espacial, esa gente...
—No eran lo que parecían ser —le dijo Maudsley—.
Debe ser claro y rotundo para usted.
—Ahora sí.
—Ellos son en realidad eso; una simple unidad, una
criatura creada especialmente para usted, Carmody. Era
su pre—dador y siguió, de manera casi clásica, las
simples normas establecidas de la Devoración.
—¿Y cuáles son? —preguntó Carmody.
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