Page 775 - Kraken - China Mieville
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abajo su cabeza de calavera y salir rodando desde


             su tapa, inclinada, para partirse en pedazos contra



             la  acera.  Solo  aguantó  su  mandíbula,  sujeta  al


             mango  protuberante  de  cristal  de  la  tapa.  En  su


             bazofia  líquida  se  meneaban  las  abejas,


             disolviéndose.




                    Tal vez su fuerza de ángel presidente se estaba


             rehaciendo en otro frasco aún más pequeño, con


             una cabeza de hueso aún más pequeña, de vuelta


             a su nido en el museo, y se embarcaría de nuevo


             en  su  viaje,  rastreando  el  poder  que  le  había



             otorgado a Billy, la huella de sí mismo en él, para


             encontrarlo o romperse por el camino y volver a


             intentarlo.




                    Dane  y  Billy  se  fueron  a  otro  refugio


             errabundo.  Se  alegraban  cuando  llovía:  la  lluvia


             parecía  atrancar  el  olor  a  quemado  que  Cole  les


             había  inoculado  y  que  no  acababa  de  irse.  Billy


             seguía oliéndolo mientras dormía. Lo olía a través


             del agua en la que se hundía en sus sueños. Cálida,


             fría a medida que el mar se oscurecía, un frío más



             frío y oscuro, luego cálida otra vez. A través de la


             negrura  veía  el  onírico  destello  de  los


             luminiscentes entes nadadores. Iba cayendo sobre


             una  ciudad,  un  Londres  inundado.  Las  calles


             estaban trazadas con un resplandor, las farolas aún


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