Page 888 - Kraken - China Mieville
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simplemente se paró, y Paul no se lo pensó dos
veces. Abrió atrás, de forma que, a su espalda, un
resplandor de faros entró dando bandazos de un
lado a otro, ya que probablemente algún motorista
desconcertado habría entrevisto al kraken.
Demasiado rápido como para detenerlo, Paul se
había bajado, había desaparecido, fuera del
camión, con la tinta y los papeles en la mano,
cerrando la puerta de un golpe.
—¡Mierda! —dijo Dane. Forcejeó, pero el
camión, con su conductor ajeno a todo ello, estaba
acelerando. Cuando Dane por fin consiguió volver
a abrir la puerta, se había alejado un buen trecho,
y Paul ya no estaba.
—Tenemos que encontrarlo —dijo Billy—.
Tenemos que…
Devolvérselo a los londromantes, a Fitch, que
no había negado con rotundidad las alegaciones
de la tinta. Billy titubeó. Dane había tardado una
eternidad en abrir esa puerta.
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