Page 915 - Kraken - China Mieville
P. 915
extravagantemente terrible en su curva. Pero el
mayor que había visto en su toda su vida le habría
cabido en la palma de la mano y había pertenecido
a un Architeuthis de diez metros de largo. Esa boca
le llegaba, desde el suelo, hasta el esternón. Su
envergadura era lo bastante grande como para
engullirlo. Cuando esos filos de quitina se unieran,
podían talar árboles.
—Me va a morder —dio Dane. Hablaba como
en sueños—. Solo un bocado. Solo para hacerme
sangre.
—¿Qué? ¿Qué, Dane? ¿Por qué?
—Todos estos se han ido. Somos la brigada
definitiva.
—Pero ¿por qué?
—Para poder atacar.
—¿Qué? —dijo Billy. Dane se lo explicó.
Los defensores desesperados no eran una
novedad. Siempre había reyes aletargados bajo la
colina. El golem de Praga… Aunque ese era un mal
ejemplo, había desoído su llamada, un fatal
descuido. Cada uno de los cultos de Londres
albergaba esperanzas de su propia cosecha, sus
propios espíritus secretos, sus propios paladines
914

