Page 711 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
P. 711
imagen a la que reaccionaría ya sería antigua
para cuando la viese.
Por un momento, no sucedió nada cuando la
energía se concentró en la cáscara arcaica y
erosionada de la Cápsula Centinela Brin 2. Karst
estaría apretando los puños, mirando fijamente a
las pantallas con las venas sobresaliendo en la
frente, como si su voluntad pudiera cruzar el
tiempo y el espacio para producir un efecto real.
Entonces, con un silencioso brote de fuego
extinguido casi al instante, los rayos perforadores
alcanzaron algo vital en el interior, y el hogar
milenario de la doctora Avrana Kern se quebró,
mientras la tela a ambos lados se encogía y se
soltaba ante el súbito exceso de calor. Aún
vomitando su contenido en el frío vacío del
espacio, el satélite despanzurrado se liberó de su
maraña de ataduras, dejando un agujero
quemado en la gran tela, y se alejó de los drones
propulsado por la expulsión de materiales a
través de sus desgarrones.
Los propios drones habían hecho el esfuerzo
supremo, pues la descarga de sus armas había
dejado fríos a sus reactores y los había agotado.
Quedaron a la deriva por encima de la tela, para
caer o perderse en el espacio.
Pero el satélite tuvo un destino más definido.
Cayó. Como sucedió hacía tantísimo tiempo con
los sujetos del experimento de Kern, salió de su
710

