Page 717 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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espera: no solo las arañas, sino también las
especies con las que están conectadas. Todas
padecerán pronto la misma amenaza,
enfrentadas con sus números y su inteligencia a
una especie que las creó sin ni siquiera
pretenderlo, y ahora se propone eliminarlas de
forma igualmente inconsciente. Son arañas,
colonias de hormigas, estomatópodos oceánicos,
escarabajos semiconscientes y otra docena de
especies con diversas proporciones de intelecto e
instinto, todas sabedoras en alguna medida de
que ha llegado el fin de los tiempos.
Sobre la tela orbital, Bianca ya no puede hacer
más planes. Portia aguarda con sus camaradas,
dispuesta a luchar contra los dioses espaciales
que están de regreso. Por el momento solo
pueden aferrarse a sus redes, mientras los
sentidos ampliados de su tecnología siguen la
aproximación de su final.
Y entonces la gran masa de la Gilgamesh está
sobre ellas, al término de su larga deceleración,
sus propulsores achacosos luchando para
frenarla hasta el punto en el que la inercia de su
trayectoria junto al planeta se combinará con la
atracción de la gravedad para situar a la nave
arca en órbita.
Aunque ya conocían las dimensiones del
enemigo a través de sus propias mediciones y los
registros de Kern, la mera escala de la Gilgamesh
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