Page 125 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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—¡Mío! ¡Mi olor!
Había una cesta forrada con lana sintética metida bajo la
mesa. La gata se inclinó hacia ella estirando la cabeza y el
cuello y la olió a conciencia y repetidas veces.
—¿Has estado aquí antes? —preguntó Ferron.
Presidenta Miau miró a Ferron con los ojos desorbitados
ante su patente ignorancia y declaró:
—¡Nueva!
Saltó a la cesta y se acurrucó dentro, hundiendo las patas
en la lana varias veces y a conciencia.
Ferron se obligó a dejar de morderse la uña del pulgar.
Metió la mano en el bolsillo del uniforme.
—¿Son todos los jacintos clones?
—Todos están íntimamente relacionados —afirmó el
doctor Rao—. Pero no, clones no. E incluso si fuera un clon,
habría diferencias en la estructura de las manchas de su
cuerpo.
En ese momento, la doctora Nnebuogor suspiró y se
alejó unos pasos de la máquina, retirando las manos de los
waldos y meneando los dedos como un músico después de

