Page 127 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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transmisiones de Ferron mostró la aceleración de su pulso y
el aumento de la conductividad cutánea según su cuerpo se
iba empapando en sudor frío. ¿Culpa o dolor? Era
demasiado pronto para decirlo.
—Puede usar mi oficina —dijo el doctor Rao—. Haga el
favor, con mi gratitud.
Los interrogatorios le llevaron la mayor parte del día y
de la tarde, y para cuando todo hubo terminado le habían
proporcionado a Ferron muy poca información nueva. Sí,
habría gente que mataría por aquello en lo que Coffin estaba
—o había estado—, trabajando. No, ninguno de sus colegas
tenía ninguna razón para ello. No, no mantenía ninguna
relación amorosa, que ellos supieran.
Ferron supuso que técnicamente podría pasar toda la
noche con el transportín a rastras, pero su apartamento no
estaba muy lejos del barrio de la universidad. Vivía en un
bloque de parentesco, junto con sus tíos y primos, sus
abuelos, sus bisabuelos, sus hermanas y sus maridos (y, en
un caso, esposa). El apoyo fiscal del alojamiento compartido
era la única razón por la que había podido cargar con su
madre durante tanto tiempo.
Solicitó un pedícolo porque no se sentía capaz de volver
en autobús y le pareció que había superado con creces su

