Page 122 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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microscopios y una centrifugadora, pero la mayor parte del
equipo superaba su limitado conocimiento de bioingeniería.
Le llamó la atención, eso sí, que casi todos los objetos de la
estancia eran de los colores corporativos de BioShell, en
dorado y esmeralda.
Entrevió a través de una puerta que conectaba varias
estancias un exuberante invernadero de lo que parecían
prototipos de plantas; al otro extremo de la habitación, filas
de condensadores zumbaban junto a una puerta giratoria
cubierta de escarcha. Una mujer de piel negra que llevaba
una bata de laboratorio y el pelo recogido en pequeños rizos
apretados tenía los ojos puestos en una lente y las manos en
las mangas de unos waldos. ¿Microcirugía?
El doctor Rao extendió una mano cuando Ferron se
detuvo junto a él.
—¿No la molestaremos?
—La doctora Nnebuogor habrá filtrado prácticamente
todo menos la alarma de incendios —respondió el doctor
Rao—. La única forma de que la distrajéramos sería darle un
empujón. Y eso es algo —dijo alzando un dedo a modo de
advertencia— que no aconsejaría, ya que probablemente
estará trabajando en uno de esos siguientes gatos loro de los
que le hablé.

