Page 274 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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hubiese fabricado aquellos artefactos había tenido en cuenta
el hecho de que podría tocar tierra en un mundo donde las
formas de vida sintientes no hubieran desarrollado aún los
vuelos espaciales. Si nosotros no podíamos ir hacia ellos,
ellos tendrían que venir hasta nosotros.
El componente que cayó a la deriva en Nueva York
terminó en el JPL, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de
la NASA, y algunos xenólogos —una nueva especialidad
que prácticamente se había creado de la noche a la
mañana— fueron invitados para examinarlo.
Y así me convertí en parte del languideciente porcentaje
de privilegiados que sostuvieron en sus manos un disco de
metal originario de otro mundo. Era prístino, un círculo
perfecto galvanizado en oro, con símbolos grabados en la
superficie y diagramas que me obligué a no interpretar, no
por el momento.
Carl se inclinó sobre mi hombro. Puso la mano en él y
me dio un apretón emocionado.
—La leche —dijo—. Como en las Voyager.
—Supongo que las buenas ideas suelen ser recurrentes.
—Sentí las leves irregularidades de la superficie a través de
los guantes de nitrilo—. ¿Crees que este será también un

