Page 124 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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El  hedor  se  dispersó  con  rapidez,  pero  la


              vegetación  nunca  se  recuperó.  Hasta  hoy  queda


              algo  de  curioso  e  impío  en  la  vegetación  de  esa


              espantosa                colina.            Curtis            Whateley                 estaba



              recobrando  la  conciencia  cuando  los  hombres  de


              Arkham descendieron de la montaña bajo los rayos


              de un sol más brillante y límpido. Se los veía graves


              y silenciosos, y parecían sacudidos por recuerdos y


              reflexiones  aún  más  terribles  que  las  que  habían


              reducido  al  grupo  de  hombres  de  la  región  a  un


              estado  de  tembloroso  acobardamiento.  Como



              respuesta a un montón de preguntas se limitaron a


              sacudir la cabeza y reafirmar un hecho vital.




                     —La  cosa  se  ha  ido  para  siempre  —dijo


              Armitage—. Ha sido arrojada al seno de aquel que


              lo engendró y no puede volver a existir. Era una


              imposibilidad en un mundo normal. Sólo una muy


              ínfima fracción era materia tal como la conocemos.


              Era  como  su  padre:  y  la  mayor  parte  de  él  ha


              regresado  a  cierto  reino  o  dimensión  fuera  de


              nuestro universo material; cierto abismo impreciso



              del que sólo pudieron convocarlo sobre las colinas


              los ritos más malditos de la blasfemia humana.




                     Hubo  un  breve  silencio  y  en  esa  pausa  los


              desconcertados sentidos del pobre Curtis Whateley






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