Page 122 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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En ese momento el impulso a hablar pareció
flaquear, como si se estuviera desarrollando alguna
pavorosa lucha espiritual. Wheeler forzó la mirada
en el catalejo, pero sólo vio a las tres grotescas
siluetas humanas sobre la cima, todas moviendo los
brazos con furia en gestos extraños mientras el
conjuro se acercaba a la culminación. ¿De qué
negros avernos de miedo o sentimientos
aquerónticos, de qué abismos nunca sondeados de
conciencia extracósmica o herencia oscura, latente
en el tiempo, procedían aquellos graznidos
atronadores y semiarticulados? Pronto empezaron
a adquirir renovada fuerza y coherencia mientras
crecían en un frenesí supremo, extremo y completo.
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