Page 140 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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simplemente agua sin orden en particular,
carecía de interés.
Ignoramos la oscuridad del espacio exterior y
prestamos atención a las estrellas, especialmente
si parecen ordenarse a sí mismas en cons‐
telaciones. «Normal como el aire» significaba algo
sin valor, pero Hackworth sabía que cada
bocanada de aire que Piona respiraba, echada en
su pequeña cama por las noches, un resplandor
plateado en la oscuridad, era usada por su cuerpo
para fabricar piel, pelo y hueso. El aire se
convertía en Piona, y merecía —no, exigía—
amor. Ordenar la materia era la única tarea de la
Vida, ya fuese un montón de moléculas auto‐
rreplicadoras en el océano primordial, o una
fábrica inglesa que convertía hilos en ropas, o
Piona tendida en su cama convirtiendo el aire en
Piona.
Una hoja de papel tenía aproximadamente
unos cien mil nanóme‐tros de espesor; un tercio
de un millón de átomos podían encajar en ese
espacio. El papel inteligente consistía en una red
de ordenadores infinitesimales entre dos
mediatrones. Un mediatrón era una cosa que
podía cambiar de color de un sitio a otro; dos de
ellos representaban aproximadamente dos tercios
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