Page 137 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Lo llevó hasta una esquina de la oficina, cerca de la


              ventana,  donde  los  mozos  habían  colocado


              recientemente una nueva pieza de mobiliario: un


              armario  de  cerezo  con  adornos  de  bronce.  Le


              llegaba hasta la cintura. En la parte alta había un


              mecanismo de cobre pulido: un lector automático


              de documentos con bandeja. Una pequeña puerta


              en  la  parte  de  atrás  traicionaba  una  entrada  de


              Toma,  un  centímetro,  típica  de  los  aparatos


              domésticos  pero  sorprendentemente  débil  en  un


              pesado              artefacto               industrial,               especialmente


              considerando que ese armario contenía uno de los


              ordenadores  más  potentes  de  la  Tierra:  cinco


              centímetros cúbicos de lógica de barra de Bespoke.


              Empleaba  unos  cien  mil  vatios  de  potencia,  que


              venían por la parte superconductora de la Toma.


              La energía había que disiparla, o el ordenador se


              quemaría  junto  con  la  mayor  parte  del  edificio.


              Deshacerse de la energía había sido un trabajo de


              ingeniería más importante que la lógica de barras.


              El último Protocolo de Toma tenía una solución:


              ahora un dispositivo podía tomar hielo de la Toma,


              un  trozo  microscópico  cada  vez,  y  soltar  agua


              caliente.





                  Hackworth puso el montón de documentos en la


              bandeja de alimentación de la parte alta y le dijo a


              la  máquina  que  compilase  Runcible.  Hubo  un


                                                                                                          137
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